"¿Hay alguna forma de que pueda contactar contigo?"

Esa es la frase que lancé al aire, entre otras tantas, en un intento desesperado por provocar una respuesta. Ya os hablé en artículos anteriores, como ¿Por qué existe este blog? Tenía algo y tenía que contarlo, sobre los distintos métodos que barajan los investigadores profesionales a la hora de investigar el fenómeno, y con el tiempo me he convencido de que se pueden obtener buenos resultados si se hacen preguntas o se establece un monólogo con el fin de obtener una respuesta.
Como tengo que hacer honor a la verdad y la objetividad, lo cierto es que mis mejores resultados se han producido en sesiones de grabación muy cortas, en entornos lo más controlados posible, y realizando preguntas con el fin de obtener alguna respuesta. Muchos confunden la objetividad o la racionalidad con tratar de descartar por todos los medios algo que a priori es inexplicable, pero mi sentido de la objetividad se reduce a experimentar, probar una y otra vez, cambiar métodos, y conservar y mejorar los que mejor resultado brinden.

En esta ocasión, grabé durante escasos dos minutos. Lo hice en la planta baja de un palacete abandonado en mitad de un campo de trigo. Un lugar bastante tranquilo al estar lejos de la civilización, donde podía controlar perfectamente la situación y reducir el margen de error al mínimo. Como ya he dicho otras veces, el lugar donde se experimenta no me parece importante, así que no me extenderé sobre eso. Lo realmente importante es que donde se realice una grabación se tengan las condiciones idóneas para hacerlo, y este sitio me lo pareció.

Grabadora en mano, realicé varias preguntas relacionadas con la transcomunicación, obteniendo una posible respuesta a una de ellas. Podéis escuchar mi voz realizando una pregunta en concreto, y algunos segundos después una posible inclusión, que se repite tres veces con el ruido de fondo mínimamente disminuído y amplificada.




Bajo mi interpretación, parece ser una voz que dice "hola". En ese caso, no sé hasta qué punto podríamos llamarla "respuesta inteligente", ya que aunque parece saludar no responde para nada a mi pregunta. Sobre qué otra cosa podría ser, me he quebrado la cabeza intentando encontrar una solución lógica a la grabación pero hasta donde he podido averiguar no puedo descartarla. Ahí la dejo para que la sometáis a vuestra opinión.

El problema de este tipo de investigaciones es que por muy impresionantes que sean los resultados que pueden llegar a dar, no arrojan ninguna verdad. No dan una sola pista sobre el origen, la causa, ni el motivo por el que se producen. Es por eso por lo que decidí dar un pequeño salto y pronto empezaré a hacer experimentos de otro tipo. Las investigaciones de campo como ésta quedarán como una mera anécdota a menos que en alguna de ellas descubra una forma de avanzar, y con este método, se me antoja imposible que eso pase.

Espero poder hablaros muy pronto de los proyectos que deseo llevar a cabo y contaros cómo los voy a materializar. No sé si podré sacar algo bueno de ellos, pero sí sé que mi época de "investigador de campo grabadora en mano" está acabando porque no me veo capaz de averiguar nada nuevo con ese método. Espero que lo que a partir de ahora se va a publicar os parezca lo bastante interesante, lo que sí puedo aseguraros es que lo hago con toda la ilusión y la objetividad que me es posible. Dejemos que otros manipulen las verdades a su antojo y conveniencia, si consigo algo lo sabréis, y si no lo consigo también lo vais a saber, pero en cualquier caso podéis tener la certeza de que todo será real. Tan solo intento responderme a mí mismo la pregunta del título de este artículo, un simple "sí" o "no", así de fácil, y así de complicado...

Agradezco mucho que os hayáis molestado en leer la publicación, espero que os haya resultado entretenida y os haya dado algo en lo que pensar. Vuestros comentarios son bienvenidos, como siempre.

Jorge Liébana. Grupo D.R.E.S.