El sensacionalismo en el mundo paranormal

He tardado exactamente una semana en publicar una nueva entrada, pero no ha sido casualidad. Realmente tengo muchas cosas que decir, que publicar, y eso me hace más difícil la tarea de intentar construir un blog con un mínimo de orden y rigurosidad.


En mi primer artículo de bienvenida, pretendía dejar claro que este blog va a estar dedicado casi en exclusiva al fenómeno psicofónico y su estudio, pero no especifiqué el motivo por el que quiero que sea así. De hecho, pienso que este artículo tendría que haber sido publicado antes que los demás, pero "lo hecho hecho está" y "nunca es demasiado tarde".

El fenómeno parapsicológico, en general, está lleno de curiosos de toda índole. La invención de artilugios como la cámara de fotos, la de vídeo, las cintas magnetofónicas y, en general, la cantidad de aparatos con los que hoy en día contamos para casi cualquier cosa, se han convertido en herramientas fiables para intentar demostrar que los fenómenos paranormales existen, y casi con toda seguridad existían desde el inicio de la humanidad. Pero no por ello dejan de ser un arma de doble filo: el descubridor de la fisión y la fusión nuclear, Leó Szilárd, fue consciente de sus infinitas posibilidades e inmediatamente patentó el descubrimiento con el fin de que no pudieran usarlo como arma, aunque evidentemente fracasó, y las bombas atómicas terminaron proliferando, para desgracia de todos. Valga el ejemplo para resaltar que el hombre es un ser de lo más variado, que es capaz de usar cualquier cosa a su favor sin importarle las consecuencias. Por supuesto, el sensacionalismo en el mundo paranormal no es comparable al efecto devastador de una bomba atómica, pero las intenciones, en mayor o menor medida, no dejan de ser las mismas.

A lo largo del siglo pasado, y aún en este, existieron y existen muchísimos investigadores que dedican todos sus esfuerzos a investigar, esclarecer, y dar una explicación posible a estos fenómenos. Ellos creen fielmente en lo que hacen, muestran una rigurosidad y un saber hacer inalterables, y merecen ser respetados y escuchados. En la otra cara de la moneda, encontramos a todos aquellos que intentan sacar provecho (sobre todo económico) de esta materia, cuando realmente lo que consiguen es echar por tierra cualquier avance que se pueda producir, creando una gran desconfianza en el público en general. En ocasiones este perjuicio es intencionado, y en otras, se hace inconscientemente, pero, como todo en la vida, no hay mejor forma de desarrollarse que aprender de los que están por delante, ser honrado y humilde, y ser fiel a unos principios básicos.

Imagino que todo lo anterior habrá sido un auténtico ladrillo para muchos de vosotros, pero no podría explicaros mis intenciones sin haberos puesto en situación. Hoy en día proliferan los programas con temática paranormal, soy seguidor de varios de ellos y tengo mi propia opinión sobre cada uno. No voy a entrar a desarrollar esto, simplemente me limitaré a pediros que analicéis con espíritu crítico lo que cada uno de esos programas pretende contar, o, mejor dicho, en la mayoría de los casos, vender. Seguro que habéis visto u oído hablar del programa "Buscadores de Fantasmas" (canal XPLORA, TDT España, los sábados a las 22:00). Personalmente, no conozco un programa que insulte con mayor descaro a los fenómenos paranormales. Bien es cierto que alguna vez hubieran podido captar algo con su espectacular despliegue de medios y aparatos, pero su forma de reportar los sucesos y su reacción ante ellos, para mí no hace más que procurar un "reality show" que sea vendible, y para una persona crítica y racional, toda prueba que puedan aportar es inadmisible.

En España, tenemos como referencia el programa Cuarto Milenio (domingos a las 23:40 en CUATRO). Lo llevo siguiendo desde que empezó, hace ya 8 años. Es un programa que, al margen de su variado contenido, me provoca todo tipo de sensaciones. He podido hablar con mucha gente para saber qué impresión tienen del programa en cuestión, y la mayoría me dijo que lo que pretenden es vender su programa y crear audiencia tratando temas morbosos. Pero a todos se les escapa algo: es un programa dirigido por periodistas (Iker Jiménez es un investigador, pero en esencia, un periodista). Los periodistas tienen como principal meta contar lo que ocurre, contrastar sucesos e indagar en ellos en la medida que sea posible. Pero no son investigadores en sí. Cuarto Milenio trata temas de lo más variado, y nunca, en sus ocho temporadas de emisión, he tenido la impresión de que pretendieran ensalzar o adornar un hecho más allá de la realidad, simplemente se limitan a exponer los casos, realizan debates contando con expertos de todas las posturas posibles, y no ofrecen ninguna conclusión, sino que dejan que el mismo espectador obtenga la suya a partir de lo que ha visto. En resumidas cuentas, así, sí. Mencionar también su programa de radio, aún más antiguo, Milenio 3 (Cadena Ser, madrugada del sábado al domingo de 1:30 a 4:00 horas), es aún más interesante si cabe, ya que se trata de un programa en directo en el que se esfuerzan por que sea interactivo con los oyentes, además de ofrecer la información más reciente posible. Siguiendo la línea del programa de televisión, solo ofrecen las informaciones y debaten sobre ellas, sin afirmar nada rotundamente. Son periodistas, que nadie lo olvide. Las personas somos y debemos ser críticas y de pensamiento libre, es algo aplicable a todo, no solo a esto, y nadie tiene que convencernos con malas artes de nada.

La investigación de los fenómenos paranormales se enfrenta a multitud de obstáculos. Personalmente, creo que el principal es el económico, ya que si el hecho de dar una explicación sin discusiones al fenómeno pudiera aportar un beneficio económico al emporio capitalista en el que nos encontramos, ya se habrían encargado multitud de empresas de financiar las investigaciones. Pero saber qué hay "más allá", "al otro lado", o "en otra dimensión", no parece ser una fuente de riqueza precisamente. Como ya he expuesto antes, sí que parece producir un beneficio económico cuando se usa de forma "amarillista" o "sensacionalista". Puede dar de sí para vender libros, documentales, "realities", tablas de ouija como si fueran un juguete, talismanes fabricados en cadena que supuestamente contienen una gran carga energética y espiritual, servicios de videncia y adivinación, y mil cosas más. Todo eso no es más que una pantomima que nos acaba alejando de lo que en realidad está ocurriendo, nos obligan de alguna manera a tener una idea preconcebida de la que es difícil escapar, y, para colmo, nos mete de lleno en un consumismo salvaje sin provecho y sin control. Es nuestra obligación de escapar de todo eso, dejar a un lado todo producto malintencionado, y, si realmente nos interesa la temática paranormal, recordar que estamos aquí, en el planeta Tierra, en nuestros hogares, tener en cuenta todo lo que nos rodea, y partir de ahí. Pero que no nos vendan más humo, veamos qué es lo que realmente hay.

En este blog solo vais a encontrar artículos que mi propia investigación o resultados de terceros sean mínimamente dignos de credibilidad. Es muy probable que pueda acabar perdiendo algunos de los pocos seguidores que en este momento tengo, ya hice un severo ejercicio de autocrítica al evaluar mis psicofonías obtenidas en el Seminario de Santa María de los Ángeles, y no me importa en absoluto. Solo quiero ofrecer un resultado lo más veraz e imparcial posible, y sé que es la única manera de hacerlo. Si somos curiosos nunca dejamos de aprender, y es bueno emplear nuestro conocimiento reciente a hechos pasados, y así lo haré. Hay que huir del sensacionalismo, del morbo, del vender por vender, de conseguir la mayor cantidad posible de lectores o seguidores en cualquier red social. En definitiva, hay que hacer honor a la verdad, y mi objetivo no será otro que ese. Y si de psicofonías se trata, no nos pongamos nerviosos si obtenemos alguna, no la prodiguemos como si hubiéramos encontrado oro, no la hagamos pública sin haberla analizado mínimamente, y pensemos por un momento que si se ha producido debe haber algún motivo. Hagamos honor a todos aquellos investigadores que no hacen más que buscar la verdad, aun a costa de su valioso tiempo y de sus propios bolsillos. Seamos serios.

Espero que este artículo haya resultado de interés para alguien. Como siempre, agradezco los comentarios que queráis hacer al respecto y espero vuestra colaboración.

Jorge Liébana. Grupo D.R.E.S.